Los buenos gobiernos se ven cuando las papas queman, y
esta semana podemos sacarnos el sombrero. Qué bien estuvo Juanmanuelito
Abal Medina. Transformó un reclamo salarial de tipos a los que les
habíamos quitado hasta el 70% de su sueldo en un golpe de Estado. Eso es
tener mística. Los de Prefectura y Gendarmería se sacaron más cuando lo escucharon, pero hay que entender: son gente de un discurso plano.

Y qué bien estuvo la Garré. El miércoles, en el peor momento, apareció ante las cámaras para decir que con el relevo de las cúpulas de las dos fuerzas la situación había quedado "normalizada". El problema fue que, mientras huía sin contestar una sola pregunta, la televisión volvió a mostrar que los insubordinados seguían con su protesta y eran cada vez más. Por eso amo a la ministra: me enternece su candor y las pilas que le pone a todo. Ya tengo el título para su libro biográfico: "Sangre, sudor y Garré".
Cristina aportó lo suyo. En medio de ese hervidero, de la tensión que crecía, del afán de todo el kirchnerismo para convencer al país de que estaba en marcha un movimiento destituyente, nos presentó entre sonrisas al presidente del Líbano. Y discurseó durante 15 minutos sobre Medio Oriente. Lo que le pedimos a nuestra líder es eso: que enfrente una revolución sin perder la calma y hablándonos de bueyes perdidos.
Ojo que no me chupo el dedo. También vivimos momentos complicados. Un poco nos desestructuró que el levantamiento fuera de tipos que -no sé cómo decirlo- no son fáciles de catalogar. Nacieron lejos, viven en pueblos desconocidos, tranquilamente pueden llamarse Epifanio Gualberto González y no hablan ni de re-re, ni del cepo, ni de libertad de prensa. ¿Por dónde les entrás? Yo propuse que los tratáramos de esbirros de los poderes concentrados, pero me dijeron que no daban el physique du rôle .
Tampoco ayudaban sus pancartas. Buscamos y buscamos, y sólo vimos leyendas como "Por un salario digno" y "Familias de gendarmes unidas!" Queríamos infiltrarlos con nuestros chicos de La Cámpora, y todos los que se presentaron venían con pilcha de marca y olían a Puerto Madero. No veo la hora de que reclutemos algún morocho, por lo menos para mostrarlo en los actos y llevarlo a los programas de televisión.
Lo que es la vida: el jueves estábamos reunidos en la Casa Rosada, viendo qué hacíamos, y terminamos reconociendo que preferimos a los caceroleros del 13-S, a quienes todos los calificativos les quedan bien: fachos, garcas, gorilas, coleccionistas de dólares, piqueteros de la abundancia, la División Miami, soldadesca de Macri. Con los gendarmes y prefectos se complica. Son personas sencillas, no politizadas, ganan dos mangos y la gran mayoría lleva tres generaciones votando al peronismo. Además, a muchos los trajimos de Formosa, del Chaco o de Jujuy, los separamos de sus familias y los mandamos a combatir la delincuencia en el sur de la ciudad y en el conurbano más violento. Es un horror. No la situación de esa gente: es un horror cuando el relato se complica tanto.
Para peor, Macri se despegó de ellos y les pidió que volvieran a sus casas, la oposición nos acompañó en el comunicado de repudio y la prensa hegemónica no dudó en hablar de insubordinación. Por eso, no podíamos denunciar una gran conspiración orquestada contra el Gobierno. Obviamente salimos igual a calificarlo de golpe, pero estos miserables ni siquiera golpeaban cacerolas.
No sé qué pasa. Es como que todos se nos animan. No estoy pensando sólo en estos milicos frustrados que no aceptaron la sintonía fina en sus sueldos. En Harvard, diez imberbes se le plantaron a Cristina y la pusieron a parir; la CGT oficialista no le hizo caso cuando les pidió que no pusieran de jefe a Caló; nuestros propios funcionarios se reúnen a escondidas con periodistas para contarles que están preocupados por el desgaste y por lo mal que la ven a la jefa, y, el colmo de los colmos, en África los fondos buitre lograron que nos retuvieran la Fragata Libertad. En este último caso, lo mejor sería mandar al canciller Timerman. En una de esas tenemos suerte y lo retienen a él.
Estos síntomas de rebelión en la granja tienen que ser atacados de raíz, porque un día nos vamos a desayunar con que Barone pide conferencias de prensa, Víctor Hugo desliza una crítica, Kicillof se reúne con el FMI, Boudou se deja ver arriba de una moto con Vandenbroele y a Moreno se le escapa la palabra inflación, a Echegaray, cepo, y a Aníbal Fernández, inseguridad.
Hay que estar atentos porque la batalla cultural vive instancias cruciales. Es hora de volver a las bases. Más discursos, más cadenas, más aplaudidores. Nuevas denuncias de golpe. Ahora que a los trenes se les ha dado por chocar o incendiarse todos los días, digamos que es obvio que los ferroviarios están en algo destituyente. También, más anuncios y promesas. Si hay que inaugurar un bebedero de plaza por décima vez, se lo inaugura. Más épica. Más Chávez (si Capriles no se lo lleva puesto mañana), más Ahmadinejad y menos Obama, que ni nos da la hora. Más Angola y menos Europa. Más pesos y menos dólares. Más La Matanza y menos Harvard. En una palabra: más Cristina. Ésa es la clave. Más Cristina. Señora, ¡la necesitamos! ¡Señora! ¡Señora!
La pucha, no contesta.
La yapa: Georgetown y Harvard, en llamas por Cristina
"Sos increíble, sos única", le soltó Boudou apenas Cristina atendió la llamada desde el jacuzzi de su suite en el Hotel Mandarin. "Sí, la verdad es que estuve bárbara", respondió ella, que odia la falsa modestia. "Los gringos me tendieron una trampa -continuó-, pero no sabían con quién se metían."

Boudou tuvo el detalle de poner el altavoz para que yo pudiera escuchar todo. ¡Lo que disfruté! Cristina todavía estaba excitada e inmensamente feliz. Con desparpajo adolescente contó cómo había logrado sortear el cacerolazo en la puerta de Harvard. "Me avisaron por teléfono y entonces llegué una hora más tarde, cuando sólo quedaban cuatro tipos. No me digas que no soy una genia." Amado asintió, con esa convicción con que ríe, aplaude y asiente cada vez que ella abre la boca, aunque sea para matarlo. Algunos lo ven como una actitud rastrera. Yo, como vocación de servicio.
-¿Cuál te gustó más, Georgetown o Harvard?
-¡Ninguna! Qué querés que te diga, me quedo con la Universidad de La Plata. Es como más vital. Pero me había prometido que un día tenía que ir a Harvard, y fui. ¡Soy la primera presidenta argentina que da una clase magistral ahí!
-Sí, fue grandioso. Ahora, qué raros son estos tipos: aplaudían las preguntas y no tu respuestas. Te habrás sentido extraña.
-Extrañísima. Pero lo atribuí a problemas con la traducción.
-¿En serio pensás que fue una trampa?
-¡Ni la menor duda! Todos esos pibes laburaban para Lanata. Igual, me hice un festín. Creo que los dejé impresionados con mis conocimientos de política internacional, historia, economía... Y con mi valentía. Decime, ¿quién se anima a hablar mal de Harvard en Harvard? Les dije que era una universidad cara y que no entendían nada. Y eso no lo había practicado: me salió así, de una.
-También te salió de una criticar a Estados Unidos, decirles que promueven los golpes y que mienten con la inflación, denostar al Fondo, hablar bien de Chávez. ¡Todo eso en Washington! ¿Cómo te animaste?
-Soy así, frontal. No me invitarán más, pero yo estaba pensando en los spots de las tandas del fútbol. Tienen material para rato.
-Estuvo bueno eso de que en la Argentina no hay cepo cambiario. Lo dijiste tan convencida que parecía verdad. Lástima que después estuviste 15 minutos justificando por qué no se puede comprar dólares.
-Mirá, peor cepo es el de Estados Unidos, donde es imposible conseguir pesos.
-Che -comentó Amado, que empezaba a animarse con algunas objeciones-, quizá no estuvo tan bien cuando retaste a uno de los chicos y le dijiste que la pavada que estaba preguntando no era digna de Harvard, sino de La Matanza. Tenés toda la razón del mundo, pero en La Matanza vota casi un millón de personas.
-Amado, Amado, ¿vos te creés que en La Matanza alguien vio mi conferencia en Harvard?
-Me encantó que hayas contestado que hiciste tu fortuna como abogada exitosa. Fue una lección de capitalismo: ¡quisiera saber cuántos abogados gringos juntan 17 millones de dólares sin pisar el estudio!
-Esa respuesta la tenía estudiada, pero mi problema era que cuando la practicaba en el hotel, indefectiblemente me terminaba riendo a carcajadas.
-Te voy a ser sincero. Por momentos, ante algunas preguntas, parecías un poco molesta, tensa, enojada. Ojo, lo manejaste bien, pero yo te conozco y era evidente que no estabas cómoda.
-Bueno, entendeme, no estoy acostumbrada a las groserías y las malas palabras: me hablaban de inflación, conferencias de prensa, cacerolazos... Además, en la Argentina yo tengo la exclusividad del micrófono. En Georgetown y Harvard se lo dan a cualquier imberbe sólo por haber pagado una matrícula. O esas universidades cambian o no tienen futuro.
-Sí, de hecho criticaste el poco nivel académico de los estudiantes de Harvard.
-Es que ni en La Matanza te preguntan esas pavadas. Fijate que no me sacaron el tema Ciccone. Mi vicepresidente se queda con la fábrica de hacer billetes y en las mejores universidades yanquis no se enteran. ¿Querés saber qué respuesta tenía preparada?
-Sí, claro -a Amado le temblaba la voz.
-Pensaba decirles: ¿Boudou? Por favor, hablemos de cosas serias -y estalló en una risotada. Amado sintió el golpe y volvió por el camino de las flores.
-Creo que tu mejor respuesta fue la de la reforma constitucional. Una maravilla dialéctica. Con las palabras decías que no y todo tu cuerpo decía que sí.
-Bueno, lo aprendí de Bush. Dijo: lean mis labios, no voy a subir los impuestos, y terminó matándolos con un impuestazo.
La conversación discurrió después sobre la cobertura que habían tenido las charlas con estudiantes. Cristina no contó que los grandes medios norteamericanos o la habían matado o la habían ignorado. Y Amado no le dijo que aquí la peor bajeza, como era de esperar, la hizo TN: no se cansó de pasar las intervenciones en las universidades, con la malicia del que te repite un furcio.
La señora se despidió con una frase de su cuño: "Por suerte, ya pego la vuelta. Me extrañan los argentinos, y ahora me empezarán a extrañar los norteamericanos".
ENLACES/FUENTES:
http://www.lanacion.com.ar/1514902-senora-haga-algo-se-nos-animan-todos
http://www.lanacion.com.ar/autor/carlos-m-reymundo-roberts-86
http://www.lanacion.com.ar/1512853-georgetown-y-harvard-en-llamas-por-cristina
http://articulos-interesantes.blogspot.com.ar/2012/10/carencia-de-escrupulos-al-100.html
http://www.cronista.com/economiapolitica/Marco-del-Pont-Hay-que-ahorrar-en-moneda-local-20121005-0129.html
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