Amor sacro y amor profano (Amor sacro e amor profano, en italiano) también llamado Venus y la doncella, es un lienzo al óleo de Tiziano, pintado alrededor de 1515.
La tela recoge una escena con tres figuras: dos mujeres y un niño
alrededor de una fuente de piedra ricamente decorada, situados en un
paisaje iluminado por una puesta de sol. Las mujeres, de belleza renacentista, son de similares características, habiéndose pensado en ocasiones que se trata de la misma persona.
Representa una escena con una doncella vestida lujosamente (probablemente de novia) sentada junto a Cupido y siendo asistida por la diosa Venus. Varios detalles sugieren que la mujer es posiblemente una novia: su pelo suelto decorado con una corona de mirto (planta sagrada de Venus), el velo transparente sobre sus hombros, las rosas en su mano derecha, y el cinturón (símbolo de la castidad).2 La figura vestida sujeta en sus manos una vasija llena de oro y gemas, que simboliza la efímera felicidad de la Tierra y la diosa, desnuda, sostiene una lamparilla con la llama ardiendo de Dios que simboliza la felicidad eterna del Cielo. Es una escena alegórica influida por la concepción neoplatónica renacentista, típica de Marsilio Ficino,
según la cual la belleza terrenal es un reflejo de la belleza celestial
y su contemplación es un preludio de su consecución ultraterrena.
El título, de carácter moralista, no fue dado por el propio Tiziano,
sino que fue bautizado de esta manera al menos dos siglos después. En el
catálogo Borghese ha tenido diferentes nombres: Belleza sin ornamento y belleza ornamentada (1613), Tres amores (1650), Mujer divina y profana (1700), y, finalmente, Amor sacro y amor profano (1792 y 1833). La primera mención de la obra con el nombre Amor profano y amor divino se produce en el inventario de 1693, aunque los críticos contemporáneos desacreditan la teoría de que se tratan de las personificaciones de los conceptos neoplatónicos de Amor sacro y Amor profano.
Sin duda, la interpretación tradicional de los historiadores, encabezada por Erwin Panofsky, hace referencia a una escena fundamentada en los conceptos del neoplatonismo renacentista de amor humano (Venus Vulgaris) en contraposición del amor divino (Venus Coelestis).5
Este contraste entre los terrenal y lo sublime ha sido enfatizado por
la calidad moralista del paisaje de fondo. En el lado izquierdo de la
obra pictórica yace una ciudad fortificada y dos liebres, y en el lado
derecho se incorpora al paisaje una iglesia, una liebre perseguida por
un perro, y una pareja en el césped en estado de coquetería.6 Sin embargo, existen otras teorías sobre el significado del lienzo.
La Venus Dormida de Giorgione
La Venus dormida, también llamada Venus de Dresde, es una obra pintada con la técnica del óleo sobre lienzo, sumamente importante por la influencia que ejerció en la representación de la diosa Venus tendida, tema recurrente en el Renacimiento y Barroco (Tiziano, Rubens...).
Se trata de una de las últimas creaciones de Giorgione, realizada hacia 1510. Posee las siguientes dimensiones: 108,5 cm de altura por 175 cm de longitud.
Era considerada una "copia de Sassoferrato de un original de Tiziano" hasta que el crítico del arte italiano Giovanni Morelli la atribuyó correctamente a Giorgione.
La pintura retrata a una joven mujer desnuda, cuyo perfil parece
acompañar al paisaje que le sirve de trasfondo. Giorgione ha puesto
mucha atención al pintar ese paisaje, lo cual se hace notar en los
detalles y los sombreados, de este modo la obra posee una exquisitez y
un puro ritmo de línea y contorno. La textura de las figuradas telas en
donde yace tranquilamente la diosa y el armonioso, bucólico paisaje,
dotan a este cuadro de un justo equilibrio entre la placidez y la
sensualidad. La obra quedó inconclusa debido al fallecimiento del
Giorgione, y el cielo fue posteriormente acabado por Tiziano.
La elección de una mujer desnuda al aire libre efectuada por Giorgione señala una revolución en la historia del arte y es considerada por algunos como el punto de inicio para el arte moderno.
Las connotaciones eróticas son sutilmente planteadas (recientemente durante una restauración fue borrado un Cupido
añadido al paisaje con posterioridad a los aportes de Tiziano): la
Venus tiene levantado su brazo derecho mostrando así el hueco de la
axila, esto es una metáfora del sexo femenino, al mismo tiempo su mano
izquierda reposa dulcemente sobre la región pubiana.
El paisaje con sus formas curvas refuerza las de la mujer.
Sin embargo, como en otras obras del mismo maestro, existe una mirada
distanciada, una actitud contemplativa hacia la naturaleza y la
belleza: la mujer
aparece en un sueño recatado, las hojas tienen tonalidades plateadas
(color más bien frío, en lugar de los más usados en este tipo de tema,
colores cálidos), teniendo la joven una actitud ligeramente rígida en
comparación con las Venus pintadas por Tiziano o Velázquez.
Esta obra maestra del desnudo ha influido en muchos pintores posteriores a Giorgione, entre los cuales se destacan Tiziano (por ejemplo en la Venus de Urbino) , Velázquez (Venus del espejo), Rubens, Ingres y Manet.
Las Venus de Tiziano
Venus de Urbino, también llamada Venus del perrito, es una célebre pintura al óleo sobre lienzo cuyas dimensiones son de 119 cm x 165 cm, realizada en 1538 por Tiziano.
La pintura representa a una joven desnuda semitendida sobre un lujoso lecho en el
interior de un palacete veneciano. En el fondo se observa una gran
ventana por donde entran leves reflejos de la laguna y se observa el
cielo tras un árbol; al lado de la ventana se encuentran dos criadas
casi enigmáticamente de espaldas acomodando ropas en un cassone o arcón de bodas; el arcón parece evocar el mito de la caja de Pandora. A los pies de la joven desnuda duerme un perrito; la presencia del perro es signo de que la representada no es una diosa, sino una mujer real, aunque no se sabe exactamente quién es. Algo más: el perro, típica alegoría de la fidelidad, aquí aparece, sugerentemente, dormido.
Aunque esta pintura se encuentra directamente inspirada por la Venus dormida del Giorgione, es evidente que se aleja del idealismo característico del Renacimiento
italiano. La mayor diferencia con las Venus típicas es que la joven
aparece obviamente consciente y orgullosa de su belleza y su desnudez;
no existe ningún elemento que provoque la sensación de un
distanciamiento "divino": ella mira de un modo dulce, cómplice y
decidido al que la observa, mientras su mano izquierda se apoya sobre el
pubis, que se ubica en el centro de la composición. Las flores en la
mano derecha resaltan el aura de erotismo
ya reforzada por la luz casi dorada que ilumina al cuerpo. El color
claro y cálido del cuerpo produce una impresión de sensual indolencia,
realzada en el contraste con el oscuro del fondo y el colchón; en
efecto, el color oscuro del lienzo de la pared provoca una cesura en la
mirada que entonces se centra en el cuerpo de la mujer. La fuga de la perspectiva
se dirige hacia la derecha y está acentuada por las criadas figuradas
totalmente vestidas y con tonos fríos que aportan una cuota de realismo,
la presencia de la columna y el árbol en el punto de fuga, y los
sucesivos planos iluminados y sombreados que se resaltan en las
baldosas. Todo esto hace destacar a la joven desnuda que se encuentra
dispuesta en una elegante línea oblicua.
Aunque la obra mantiene elementos del Giorgione, Tiziano innova al
exponer claramente la voluptuosidad merced al tratamiento resuelto del desnudo y a la gran pureza formal del conjunto.
Esta obra de Tiziano fue motivo principal de inspiración para la Olympia de Édouard Manet.
Venus recreándose en la música es un cuadro del italiano Tiziano. Representa a Venus acostada acariciando un perro y disfrutando de la música de un órgano tañida por un caballero. A través de una ventana se contempla el paisaje del jardín de una villa clásica o renacentista.
Tiziano creó cinco obras dedicadas a alegorías
de Venus y la música, todas ellas variaciones sobre el mismo asunto; a
veces el caballero tañe un laúd en lugar del órgano, otras en lugar de
un perrito aparece Cupido.
Se trata de una escena cargada de erotismo que podría suponer, además, una alegoría de los sentidos siguiendo teorías neoplatónicas, ya que la música y la contemplación proporcionan el conocimiento de la belleza y la armonía universal.
Al mismo tiempo que las "Poesías", Tiziano se ocupó de la ejecución de una serie de obras que tienen a Venus y la música
como protagonistas. Existen varias versiones que se dividen en dos
grupos: las protagonizadas por un organista y las que un tañedor de laúd
acompaña a la diosa. Los elementos son siempre similares: el músico en
la zona izquierda de la composición; Venus en el centro, tumbada,
mostrando su sensual desnudez; un amorcillo en la zona derecha, que o
corona o habla con la diosa; al fondo un amplio paisaje, algunas veces
enmarcado por un amplio cortinaje como en este caso.Algunos
especialistas consideran que esta tela sería un trabajo de la última
etapa de Tiziano que quedó en su taller cuando murió, conservándola a
modo de recuerdo de la obra que hoy se guarda en Cambridge.
Estaría diseñada pero no acabada. Sin embargo, otros piensan que
Tiziano se valió de ayudantes para realizarla en los años 1562-1564,
apuntándose también a un artista veneciano que completó la obra en los
años finales del siglo XVI o incluso a que sería una obra maestra de
Tiziano que no recibió la colaboración de su taller. La polémica está
servida ante un trabajo de gran sensualidad y belleza, en el que la luz y
el color se convierten en los principales protagonistas, existiendo
cierta sintonía con sus primeros trabajos -véase el Concierto campestre- en los que se apreciaba la influencia de Giorgione.
La Venus Frígida de Rubens
De todas las obras que de la Diosa nacida de la espuma se han realizado
no hay ninguna que me conturbe en mayor grado que ésta de cabellera
blonda como la miel. Ni siquiera la Venus de Willendorf de
generosas carnes pétreas e inmensa vulva, ni tampoco las rijosas Venus
adolescentes de vientres redondos y senos pequeños como manzanas, frente
altiva y ojos rasgados que pintó Lucas Cranach. No: dudo que haya
alguna que me inquiete más que la pintada por Rubens en 1614.
Los ojos
zarcos de la diosa taladran el piso y de las nalgas frías y áridas,
albas y secas, surge encorvada la espalda generosa. Imagen de la
Bellísima tristeza fría y caliente a un tiempo pues noten, amigos, a
través de su melancolía, cómo sus mejillas se agolpan de sangre y vida.
Bellísima en su sequedad, aunque vean cómo, si nos aventuramos a
pellizcarla con gentileza o presionamos apenas uno de nuestros dedos
contra su cándida piel, ésta enrojecerá rápido al sello del tacto.
Almodóvar y La Piel que Habito
No es casualidad que la Venus de Urbino, obra de Tiziano, aparezca sobre una de las paredes de La piel que habito. Son obras hermanas, y una está proyectada en la otra. Almodóvar señala cuando se le pregunta por ese detalle su deseo de establecer con ello la idea de que, tiempo atrás, en esa casa se cultivaba la belleza. Pero al igual que en la mayoría de los símbolos de sus filmes la presencia del cuadro ofrece múltiples y enriquecedoras lecturas.
Mark Twain describió la obra de Tiziano como “La pintura más grosera, vil y obscena del mundo”. Escrito hace más de un siglo, no dista mucho de las críticas recibidas por La piel que habito en nuestros días, como si Almodóvar prefigurase las reacciones contrarias que su nuevo artefacto iba a generar en un espectador poco preparado para una cierta evolución artística en la carrera del director. “Siendo una película de Almodóvar, esperaba algo distinto”, es el comentario más escuchado entre los espectadores menos avezados. Almodóvar ya había entregado toda una película para relatar su deseo de un cambio profundo como autor (Los abrazos rotos, 2009) pero nadie parece haber advertido el aviso. Se siguen esperando de él los mismos relatos sin ceder una oportunidad al descubrimiento de lo nuevo.
La piel que habito es la Venus de Urbino del cine de nuestros días, una obra que resulta escandalosa, desagradable, que parece centrada en querer convertir en sublime lo ridículo, puro atrevimiento, poco entendimiento. Si en Tiziano la obra refleja la más pura evocación del deseo, en Almodóvar el deseo se transforma en obsesión, en el tema central de una filmografía que trata de mostrar el amor más apasionado en sus manifestaciones físicas y en las pulsiones más violentas del hombre.
“Vera” adopta la postura y el aspecto de Venus por ser junto a ella el definitivo objeto de deseo, un deseo que no es otra cosa que el amor que ha desbordado del todo sus cauces. Y en esa figura que parece querer imitar al cuadro, en ese enésimo y hermoso diálogo entre pintura y cine, se encuentra la base de un relato que no quiere hablar de otra cosa que de belleza, de una belleza castigada y desterrada del mundo por el egoísmo del hombre. Es muy posible que, tal y como le ocurrió a Tiziano con su obra, Almodóvar deberá esperar más de un siglo para que alguien reconozca a La piel que habito como una película importante.
ENLACES/FUENTES:
http://buzondepinturaporjuanjosebarajas.blogspot.com.ar/2011/04/amor-sagrado-y-amor-profano-tiziano.html
http://dncphotoart.blogspot.com.ar/2010/12/x_7098.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Amor_sacro_y_amor_profano
http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Cuadros_de_Tiziano
http://es.wikipedia.org/wiki/Tiziano
http://es.wikipedia.org/wiki/Venus_de_Urbino
http://es.wikipedia.org/wiki/Venus_del_espejo
http://es.wikipedia.org/wiki/Venus_dormida
http://es.wikipedia.org/wiki/Venus_recre%C3%A1ndose_en_la_m%C3%BAsica
http://ladamadesnuda.blogspot.com.ar/2012/05/pintores-de-la-a-la-z-titian-tiziano.html
http://ladamadesnuda.blogspot.com.ar/2012/06/la-piel-que-habito.html
http://mimilucero.blogspot.com.ar/2012/08/serie-mi-manera-las-miradas.html
http://ottocazares.wordpress.com/2011/02/15/comentarios-a-la-obra-la-venus-frigida/
http://www.museodelprado.es/coleccion/galeria-on-line/galeria-on-line/obra/venus-recreandose-con-el-amor-y-la-musica/
http://www.sigojoven.com/grupos/museos_del_mundo/articulo/venus-de-urbino-de-tiziano
http://azulinarium.com/labutacaazul/archives/2901
http://theartandlife.blogspot.com.ar/2011/09/la-piel-que-habito.html
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