La narrativa de Tsukamoto es una puta mierda, no sabe contar una historia. Pero es lo de menos. Normalmente, sus películas no se entienden un carajo más allá de la mitad del metraje, y el argumento suele ser una excusa para darnos un paseo por las imágenes de su mente enfermiza (la más podrida del cine contemporáneo junto a la de Cronenberg). Sus temas favoritos son las mutaciones extremas, el ahogo que produce la ciudad moderna, el sexo tan depravado que casi ni parece sexo y, en definitiva, la supremacía de lo físico sobre todo lo demás. Chu Ishikawa potencia con su ruido la atmósfera mecánica corrompida de sus pelis. Casi todas están rodadas en un blanco y negro radical, o en un color saturado, lo que aumenta aún más la fuerza extrema de sus imágenes, sus idas de olla a lo Nueva Carne, sus planos chirriantes de insectos, y sus montajes imposibles de comprender ni soportar. Amiguete de Miike, quizá lo recuerden como el ultramusculado dueño de Ichi en "Ichi the killer", o el tipo que resumía la primera parte de "Dead or alive" con cerillas en el prólogo de la segunda.
Kotoko is the latest film from Tsukamoto which is released on the same day as the Tetsuo set. It stars folk-singer Cocco in her movie debut and she puts in a phenomenal performance which powers the film as it gives the audience a taste of mental illness and a traumatic kick in the guts.
Kotoko (Cocco) is a young single mother who lives alone with her baby son. Suffering from an unknown illness that makes her see doubles of people and not knowing which version of the person is real, it severely impacts her day-to-day life, often leading to her lashing out violently. The only time she does not see double is when she is singing. As her situation worsens and she becomes a liability her son Daijiro is taken from her and put in the care of her sister. Kotoko is left alone with her own thoughts and is at a loss as to how to get Daijiro back. Then a man named Tanaka (Tsukamoto) enters her life when he hears her singing on a bus trip and finds something awoken inside himself. Tanaka is a novelist with a hit title called The Man Who Brightened the Moon in bookshops but he leads a lonely life. Despite initial rejections he persists but Kotoko’s mental state is not getting better.
Comparing Tsukamoto’s early works like Tetsuo: The Iron Man and Tokyo Fist with his later works like A Snake of June and Vital shows a marked change in his approach. The all out visual assault, boundless energy, extreme horror and violence are gradually lessened and his editorial techniques are used much carefully over his filmography as more contemplative and humanistic tales become Tsukamoto’s focus. Kotoko, being the latest, uses the medium of film to track the psychic and mental traumas a character suffers and it carefully uses violence and editing techniques to help convey these traumas.
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El argumento del filme básicamente gira en torno a Kotoko –interpretada por Cocco, estrella del pop japonés- y su incapacidad de mantener sola al bebé por la desconfianza que tiene ante todo lo que le rodea. Tiene miedo a que el bebé se haga daño, que no sea capaz de hacer nada por sí mismo, e incluso ella en ocasiones se siente incapaz de cuidarlo. Un poema su mente, que lleva a sobreproteger al niño de un modo exagerado y enfermizo, hasta el día que una crisis nerviosa más subidita de tono de lo habitual le acabará conllevando la pérdida del bebé en favor de su hermana. A partir de aquí, Kotoko se hundirá en su propio infierno irracional agravando así su situación, con decisiones estremecedoras, pero que por el camino acabará conociendo a una persona que intentará ayudarla, el personaje que interpreta el director Tsukamoto. Y así poco a poco se irá tejiendo una estaña relación amorosa, en que él pide hilo y ella le da hilo, cuando debería ser al revés visto las circunstancias de necesidad de ayuda de Kotoko. El hilo no es más que la necesidad, en este caso el dolor, los estímulos interiores de ella que acaban siendo canalizados hacia el personaje interpretado por Tsukamoto por voluntad de éste, con tal de poder aliviar así las tensiones de Kotoko, algo que de modo parecido ya pudimos ver en la excelente Tokyo fist. Es decir, se acaba configurando una relación masoquista llevada al extremo de la tortura física por parte de Kotoko, y Tsukamoto será voluntariamente su víctima con la intención de aliviar así sus necesidades de destrucción. Vaya, que todo sea por el amor! Pero lo que queda claro es que aparece así el poco gore que veremos a la película.
Kotoko es un título de brutal sencillez narrativa –que al fin y al cabo es algo básico para configurar un relato intimista-, excelentemente escrita, pero falla en el planteamiento conjunto de lo que busca ofrecer el director. Y eso que pese a buscar “algo” distinto Tsukamoto no olvida su sello personal, lo que tanto gusta a los fans del director: su estilo, que acaba apareciendo solo en pinceladas puntuales. Me refiero a los típicos ritmos narrativos videocliperos del visionario mundo del director nacidos en Tetuso, capaz de crear situaciones inquietantes por su crudeza surrealista y en ocasiones sin sentido. Y Kotoko tiene estos elementos atributivos del director, pero por desgracia se convierten casi anecdóticos –aunque justos por el tipo de guión que hay-, y entre ellos un pequeño homenaje a Tetsuo a modo de mezclar tubos y carne (os suena?). Así que nadie busque en esta película ver otra Tetsuo, Tokyo fist, A snake of June y demás, ya que aquí esos cortos y extraños videoclips surrealistas tienen un papel distinto a lo habitual, y que acaban jugando bastante a favor de la película: el contraste exagerado de esos videoclips ofrece subidas de tensión esporádicas totalmente jugables con la bipolaridad que sufre Kotoko. Pero se acaba creando un problema -o al menos algo que no me ha gustado simplemente, ni bueno ni malo-,y es que para digerir semejantes ”explosiones” totalmente excéntricas y gratuitas el director se ve obligado a añadir un elemento que juega tan poco a favor del intimismo como es la comedia -y ya sabemos como son de frikis estos japoneses-, acabando de pulir así un guión con una estética absurda que a veces roza el ridículo.
Absurda en su conjunto, pero también dramática y violenta, e incluso los ritmos videocliperos típicos del director se encuentran en momentos puntuales muy acertados. En general estamos ante un filme que no queremos, no es lo que deseamos ver de alguien con semejante currículum, estilo y personalidad. Pese a eso Kotoko es una correcta película sin más que no será recordada.
FILMOGRAFÍA:
- Tetsuo (1988). Comentada aquí.
- Hiruko the Goblin (1990). Sobre el papel, su película más convencional (sobre todo en la fotografía), quizá un intento de hacer cine comercial. Pero este tipo no lleva el dinero en las venas, y le sale un cacharro demencial que alterna adormecedoras secuencias de investigación y misterio con hiperagresivas y chillonas escenas de acción y horror. Sacar arañas con cabezas humanas en una peli de fantasmas no está nada mal, y la peli se va volviendo cada vez más surrealista pero, por una vez, su historia se puede seguir.
- Tetsuo II (1992). Una especie de remake/secuela, en color y con dinero. Un grupo de skinheads rapta al hijo del prota, quien ejerce su derecho a la venganza de formas muy gráficas y metálicas. Aunque es otra ida de olla, seguramente sea su peli más floja, puede que las imágenes no sean tan impactantes como debieran.
- Tokyo Fist (1995). Un prólogo de, literalmente, puñetazos en la cara del espectador que tiene el mismo efecto que un mal viaje de pastillas del amor, deja paso a la que quizá es su mejor y más completa película. La historia es un triángulo amoroso entre un boxeador desquiciado, un oficinista (Tsukamoto tiene tirria a los chupatintas) y una muchacha progresivamente adicta a perforar su cuerpo. Avanza y la historia ni se entiende ni interesa, pero uno no puede evitar sentirse arrastrado por el amasijo de carne y sudor que está experimentando.
- Bullet Ballet (1998). La primera mitad es apasionante, con un tipo corriente perturbado porque su novia acaba de pegarse un tiro, y busca desesperadamente una pistola para vengarse no se sabe cómo ni con quién. A mitad de la peli creo que la encuentra, de nuevo ya no se entiende un carajo pero da igual porque estamos subyugados por la marea de sensaciones. El climax final es un encuentro amoroso, a distancia y a la carrera, en plan gran follada, que es el momento más romántico de toda la filmografía del Shinya.
- Gemini (1999). Y después va y hace una peli de terror típicamente japonés, sosegado e inquietante, dejando la cámara quieta y contándonos una historia con calma. Una especie de cuento de Poe a lo steampunk, más elegante y pictórico de lo que podríamos haber imaginado nunca en Tsukamoto, y con unas imágenes llenas de colorido y mal rollo (esos suburbios donde los pobres que se han convertido casi en animales de tribus primitivas, pero en plan futurista).
- A Snake Of June (2002). Su peli más abiertamente erótica, y de nuevo incomprensible, con el blanco y negro más espectacular e intenso que ha hecho. Una tipa se ve acosada, o algo así, y a veces corre y baila bajo la lluvia. Tiene la mejor escena de DePalma que DePalma nunca se atrevería a rodar: su acosador la obliga a meterse un megaconsolador hasta el fondo, y a ir a hacer unos recados con eso dentro, dándole a un botoncito que lo pone en funcionamiento en los momentos menos adecuados. Pues a mí me pone.
Kotoko.2012.BDRip.AC3.x264-LooKMaNe
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ENLACES/FUENTES:
http://genkinahito.wordpress.com/2012/09/28/kotoko/
http://lazonamuerta-cine.blogspot.com.ar/2012/10/kotoko-shinya-tsukamoto-2011.html
http://truequemental.bitacoras.com/archivos/2005/07/20/shinya-tsukamoto
http://www.asiatorrents.me/index.php?page=torrents&search=tsukamoto&category=0&options=1&active=1&discount=0
http://www.cafeycigarrillos.com.ar/2009/02/coleccion-shinya-tsukamoto/
http://www.filmaffinity.com/es/search.php?stype=director&stext=Shinya+Tsukamoto
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